Reparación de tuberías
Las cañerías son afectadas por múltiples problemas, uno de los más habituales, el sarro que va acumulándose en su interior. Este hecho se da por varios motivos, entre otros el mal uso que hacen los propios inquilinos de sus fregaderas, sus bidés o todo sanitario. En algunos casos, los usuarios llegan a echar trozos de plástico por los desagües, y también aceite (una costumbre que debe desecharse, ya que el aceite servirá para que todo resto que caiga por el sumidero, se pegue, haciendo más gruesa la placa). Tampoco los residuos alimentarios deben ser echados por el sumidero, ya que ocasionaría un problemas en cuanto a malos olores, atascos...
En la reparación de tuberías tiene mucha relevancia el agua a presión, pues en numerosas ocasiones las reparaciones consisten en una profunda limpieza para deshacerse de las mencionadas placas de residuos. Con el agua a presión, se logra arrancar cualquier resto del interior de las cañerías, incluyendo placas de cal. Con este sistema se atajan en el acto atascos, pero también se realiza un mantenimiento para evitarlos. Si el usuario desea mantener sus redes en buenas condiciones, lo óptimo es realizar mantenimientos que incluyan la limpieza de tuberías con agua a presión.
Hoy en día, los fontaneros no han de servirse de zanjas ni procedimientos invasivos para realizar los desatascos ni las reparaciones. Con el empleo de correladores, cámaras de TV o dispositivos de radiofrecuencia, se localizan en tiempo récord afecciones en el interior de las redes hidráulicas, en lugares a los que sería imposible acceder sin los medios adecuados. Con los correladores se detectan fugas ocultas, lo que llevará a una rápida reparación de la tuberías afectada.
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